Los Millennials se los ubicaba entre 1980 y 1993. Sin embargo existe una generación olvidada: Los Xennials (1977 – 1983). Una generación bisagra que vivió dos mundos: infancia analógica y adolescencia digital.
Parecidos pero diferentes. Disruptivos pero más empáticos. En América Latina podemos hablar de la extensión de los Xennials hasta el 1990. ¿Tenías dudas o no te sentías como parte de los Millennials? Aquí está la respuesta: eres Xennials.
Millenials y Xennials
Gran parte de los que se dicen Millennials no lo son. Y tampoco se sienten así. ¿Sabes por qué? Porque no lo son. Comparten muchas características con los Millennials, pero también con la Generación X. A esta generación comprendida entre 1977 y 1983 se les denomina Xennials.
Esta generación vivió en un mundo analógico, y luego en un mundo digital. Fueron la generación de la conversión. De la evangelización hacia un mundo digital.
¿Por qué no son Millennials? Simplemente porque recuerdan un mundo anterior a la irrupción de Internet. Así los define Dan Woodman, profesor de la Universidad de Sociología de la Universidad de Melbourne.
Los Xennials conocieron el mundo analógico e hicieron la transición al mundo digital. Vivieron el MS-DOS, pasaron por Windows 95 y por la Macintosh. Su infancia está marcada por la nula existencia de Internet, las redes sociales, los smartphones, etc.
“Una porción saludable del cinismo del grunge de la Generación X y una pizca del optimismo desenfrenado de Millennials.” Así los definió Anna Garvey, directora de Social Media and Content de WebRev Marketing and Design en Chicago.
Diferencias generacionales
De cualquier manera, debemos diferenciar las generaciones y anclarlas en el entorno. Es muy fácil hablar de las generaciones en USA. Allí el acceso a la tecnología es diferente. Sin embargo en los países de América Latina vimos los avances desde atrás. Es por eso que podemos correr esta línea temporal hacia adelante.
En Argentina las primeras redes de internet llegaron el 1995. En México se considera que el año del internet fue 1995 también. Recuerdo haber tenido mucho contacto con Internet en el año 2000, cuando en el colegio nos enseñaron a trabajar incipientemente en HTML (creación web).
Lo hacíamos desde un Procesador de Texto con código muy básico. Pero antes ya teníamos contacto, por lo menos en 1998. Por lo tanto yo viví 13 años de mi vida sin Internet. Recién hace 4 años he sobrepasado la cantidad de años que he vivido con Internet, que sin Internet (32 años).
Entonces los Xennials se podrían ubicar entre 1977 y 1990 en América Latina. ¿Sorprendente verdad? Si viviste en esta época, en tu infancia no tuviste un ipod, o no escuchaste la música en mp3. Tuviste un walkman. Grabaste las canciones de la radio como la generación anterior, pero luego descargaste las canciones en Napster, mientras chateabamos por ICQ.
No conocimos los teléfonos móviles como en otras latitudes, y la tecnología smart llegó de manera más tardía. Conocimos en nuestra adolescencia los primeros Nokia y Motorolas, que eran como grandes píldoras. Fuimos los primeros usuarios de los SMS y los creadores de las abreviaturas de caracteres para estos.
Esta generación gusta de la tecnología y su inmediatez. Pero también disfruta de la calidez del papel impreso. Puede realizar perfectamente una compra online, pero se sienten más a gusto yendo al lugar físico. Si deben hacerla online, y no hay problema. Buscarán el precio por internet, pero luego irán a la tienda.
Algunos dicen que los Millennials son hijos de las crisis económicas, y por eso se produce la disrupción. Pero en América Latina preguntamos: ¿Hijos de cuál de todas las crisis?
Es por eso que la extensión de los Xennials puede ser mayor. Quizás tengan el pensamiento posmodernista, la necesidad de la inmediatez, y el vivir aquí y ahora. Pero también tendrán el ansia por la superación y un compromiso laboral diferente al Millennials.
¿Te sientes estafado? ¿Ahora comprendes por qué no te sentías encuadrado en los Millennials? Pues, de nada. Comparte la nota para que todos sepan de esta generación, que en los países como los nuestros es más grande de lo que se piensa.